sábado, 28 de marzo de 2009

De «Corresponsal de Guerra» en una Protesta Universitaria

Por Xentor Xentinel

Lo siguiente fue escrito por mí en mis tiempos de «Corresponsal de Guerra» en el semanario juvenil «El Kiosko de la Esquina» (también conocido como «El K»), y publicado en dicho medio entre Junio y Julio de 1997.



BATALLA CAMPAL EN LA UFRO

Contra las Mentiras de la Prensa.
En memoria de un amigo «caído» en batalla.

Después de tres días de bailes y cantos pacíficos, los energúmenos se preparan para irse a sus casas. Entonces, aparecen los robots con sus cascos y vehículos, y comienza la batalla campal.

(Nicanor Parra)

Universidad de la Frontera (UFRO), Temuco
Martes 17 de Junio de 1997


15:45 Aprox: Llegan rumores de que los «pacos» [policía de carabineros] —que estaban hace rato preparando a lo lejos sus bombas, máscaras antigases y demás implementos para entrar en acción— han partido de sus puestos para iniciar la batalla. Falsas alarmas. El ambiente está pacífico, relajado. Se oyen cantos y se prenden de nuevo las pequeñas e improvisadas barricadas para detener el tránsito.

Como a las 16:00 Hrs: De pronto, se ven a lo lejos las luces de los vehículos encenderse, y se oyen rugidos de motor. Alguien lanza la alarma: «¡Ahí vienen, weón, oh!», y los traumaos estudiantes corren hacia la Universidad.

El Guanaco frena en seco frente a la U, y las motocicletas —alrededor de 10— recorren todo el frontis en busca de resistencia, o simplemente para hacer presencia. Luego vuelven y frenan alrededor del Guanaco. Éste lanza lo que parece un «chorro de advertencia», mientras la micro de los pacos se detiene al lado.

Un paco regordete, con complejo de Rambo, salta graciosamente la débil fogata hecha por los estudiantes para detener el tránsito y se apresta a lanzar la primera bomba lacrimógena, seguida de varias otras descargas —más potentes— provenientes de la micro, utilizando lanzagranadas, o algo por el estilo.

(Obsérvese que en ningún momento, la Verde Autoridad se preocupa de exhortar mediante altavoces, el abandono pacífico de la Universidad, sino que procede directamente al ataque).

Desde dentro, la —por el momento— floja resistencia consiste en algunos piedrazos guachos y un par de insultos.

Cuando el humo comienza a extenderse, el pánico se apodera de los estudiantes, la mayoría de ellos, amigos y pololas que nada tenían de terroristas, arrancan despavoridos.

Dejamos constancia que al inicio de las hostilidades, la mayoría de éstos se encontraban estudiando en la Biblioteca, conversando entre amigos o, simplemente escuchando música estilo Silvio Rodríguez. No se veía a nadie borracho, ni drogado ni portando bombas molotov, como tan irresponsablemente se encargaría de transmitir ese vil antro de mediocridad y cartuchismo conocido como «Bío-Bío: 'LA' Radio».

Los asfixiados, llorosos y confundidos estudiantes confluyen hacia el Casino de la U, en donde se procede a suministrar raciones de sal para contrarrestar los desagradables efectos del gas. También los inocentes vecinos y algunos transeúntes, como siempre, deben sufrir las consecuencias, especialmente los niños, que terminan retorciéndose y vomitando en plena calle...

A propósito, también habían niños, NIÑOS PEQUEÑOS refugiados en el Jardín Infantil de la Universidad. ¿Qué explicaciones habrán recibido de sus desesperadas «tías»? No quiero imaginarlo.

(NOTA: La naturaleza del gas hace que éste no se disipe rápidamente, sino que se expande, desciende y se mantiene por interminables minutos a ras del suelo).

Fin de la Primera Ofensiva. Las Fuerzas del Orden (o del Desorden Establecido, como ustedes prefieran), vuelven a sus posiciones de descanso para ver qué pasa.


LA REBELIÓN

La reacción de los antes pacíficos alumnos, no se hace esperar. Esta vez más aguerridos, corren hacia fuera, cantando con rabia y evidente ánimo de provocación: «¡NO NOS VAMOS NI CAGANDO!», y otros cánticos guerrilleros urbanos que entran a colación. Se rehacen las fogatas y barricadas, esta vez con más decisión, arrastrando fierros y grandes ramas de árboles.

El segundo ataque no tarda en llegar...

Llega el Carro Blindado, y a la entrada es recibido por los exaltados que tiran algunas piedras y una botella que se estrellan inútilmente contra el vehículo. El desatinado conductor pisa el acelerador a fondo, con evidente intención de atropellar a los revoltosos. Éstos, desesperados, dan media vuelta y corren como locos, uno tropieza y casi queda hecho Ketchup, pero se salva. El Carro termina estrellándose contra la reja de la U, que se abre violentamente, en medio de las pifias de todo el mundo. Los que estaban allí afirmados, alcanzan a saltar en el último segundo, como en las películas.

[Lamentablemente, éste es un procedimiento habitual de los «pacos» chilenos, como lo demuestra el siguiente video, subido a YouTube en Abril del 2007]:



Al ver la cabrona actitud, los estudiantes reanudan el combate y las piedras y demás objetos comienzan a volar. Y he aquí, cosa curiosa, se vio a algunos pacos recogiendo las piedras y respondiendo los peñascazos.

Acto seguido, una nueva y poderosa oleada de bombas lacrimógenas salta hacia adentro, dejando una temible estela. Esta vez, el ataque es sin misericordia. El humor se hizo tan espeso que era imposible ver ni respirar un centímetro de espacio puro.

Pero el ataque apenas comenzaba. Pronto vendría un tercero y definitivo: la pura cagá, compadre.


EL TERCER ATAQUE DE LOS PACOS

Otra vez el Guanaco empieza a hacer estragos, mientras los cabros corren de allá para acá en desorden, como los pitufos cuando viene Gargamel. Las motocicletas rajan para allá y para acá y no andan más que puro hueviando. Son los Señores Carab... (perdón, PACOS) satisfaciendo su reprimido deseo de la infancia de ser como los Moto-Ratones.

Diez Motocicletas, un Carro Blindado, Carro Lanza-Agua, Micro, Furgón y un auto —como el de «Rosco», de los Dukes de Hazzard—, junto con hartos «soldaditos de plomo» con cascos y escudos, formaban parte del arsenal de los Pulentos de la Ley. Parecía que varios de estos juguetitos no habían sido nunca estrenados, porque los usaron con hartas ganas ese día. Las bombas lacrimógenas comenzaron a volar hacia adentro como bólidos, e incluso pasó un Helicóptero hueviando un rato, pero se fue al tiro, quizá porque concluyeron que la lucha ya estaba «pareja».

Aún así, los castigados pitufines volvieron a sacar fuerzas de flaqueza, y ahora parecían Ewoks aprendiendo a combatir las Fuerzas del Imperio. Era realmente divertido ver cómo se organizaban en «grupos de ataque» que salían de en medio de la humazón lacrimógena, lanzaban piedras y palos, y se replegaban nuevamente, utilizando el humo como cortina.

La pseudo-revolucionaria y adormecedora-de-conciencia música tipo Silvio Rodríguez, dio paso a algo verdaderamente Rebelde y devastador. Era la Banda Sonora de «TIEMPOS VIOLENTOS», que de pronto se transformó en el Himno de la Furia Implacable desatada...

Y pensar que todo había comenzado como una floja y aburrida protesta. Pero, como siempre he dicho, «MIENTRAS MÁS LOS APRIETES, CON MÁS RABIA SE SUELTAN».


EL ROBOCOP DE LA CHACRA

Pero lo más bacán aún estaba por suceder: uno de los motociclistas, al parecer con un serio complejo de Rambo-Terminator, chanta la moto en seco, gira la cabeza en 180 grados y descubre colgando del Puente Peatonal donde se encontraba este humilde reportero, un lienzo que le pareció OFENSIVO. Probablemente decía: «Dignidad en la Educación», o algo así.

Se baja de la moto, corre subiendo las escaleras, agarra el lienzo, se lo echa al hombro y, al bajar, lo amarra a la parte trasera de la moto. Se sube al aparato, sacando pecho, orgulloso y, onda sacando pica, echa una mirada desafiante a los cabros y seguramente después de dedicarles una sonrisa despectiva —que nadie vio, porque la hizo con el casco puesto—, le pega con bronca al arranque de la moto.

Acto seguido, se encontraba arrastrando el lienzo por toda la calle, cagao de la risa. Testigos vieron que, sobre el brazo izquierdo tenía un tatuaje con la leyenda: «CHARLES CABRONSON – EL REGRESO», pero debo decir que eso NO ME CONSTA... Ahora que lo pienso, más que Terminator, parecía gladiador romano. En todo caso, que el tipo ha visto harta tele es innegable.

Y eso no es nada. Dicen un par de amigos que estuvieron en cana, que los muy perlas querían pedir REFUERZOS, nada menos que a Santiago...

(PD: A los muchachos de la UFRO, ya es hora de iniciar acciones legales contra Radio «Bío-Bío», por difamación y perjuicios contra la imagen de vuestra Universidad. ¡Que aprendan los fletos de porquería! ¡Qué se han imaginao!).

EL CAZADOR OCULTO (Agente YXK)
Corresponsal de Guerra para el K

2 comentarios:

  1. resistencia a si es que es..... desde colobia un saludo uniatlantico, univalle, universidad nacional.... del puebo parael pueblo....

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  2. Que raro, tan lejano el 1997, el ultimo año en la UFRO, fue tal como se describe,tantos años han pasado....estaba gaseado en el cuadrado de los flojos, cuando empezo la musica de tiempos violentos tome una piedra y fui a pelear...valio la pena.

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